El poder de la Iglesia en España

Teresa Barro

Lo único que explica la casi incomprensible historia de España a partir de los reyes ¨católicos¨ es el poder inconmensurable que adquirió la iglesia católica cuando eligió dejar de lado las creencias religiosas para actuar como una fuerza política todopoderosa a la que nadie se pudo oponer desde entonces. La iglesia no impuso una religión, sino una ideología que sigue imperando aún ahora.

La falta de personalidad política de España, el que no sepa apreciar ni defender lo que tiene, la credulidad y el papanatismo, el que se crea superior y ¨elegida¨ aunque el choque con la realidad le cree una especie de complejo de inferioridad que se le cura en cuanto parece que  las cosas van a ir bien, el que no sepa lo que quiere y la incapacidad de entender que la política es un asunto práctico y no ¨religioso¨,  se debe a esa ideología que insertó la Iglesia en la mente y el sentir de los habitantes de España y los lleva a no querer pensar ni decidir y a dejar todo en manos de cualquier autoridad nacional o extranjera.

Aunque hubo algunas épocas de la historia de España en que podía parecer que la Iglesia había perdido poder y ya no contaba mucho,  el hecho es que la Iglesia nunca dejó de acumular bienes ni cuando se los quitaron por decreto y que la educación estuvo en sus manos siempre. En la época de Franco se vio que nunca había perdido poder ni riquezas y que estaba simplemente recuperando de forma visible lo ¨suyo¨, el dominio total y absoluto del país.  Franco no se hubiera podido sostener sin la ¨santidad¨ que le confirió la Iglesia, y cabría preguntarse si no fue ella quien lo trajo, lo mantuvo en el poder y después puso a quien le convino para que siguiese en apariencia gobernando.

Ni la derecha ni la izquierda parecen dispuestas a admitir nada de esto. Las dos se desentienden del asunto como si no tuviese importancia, quizá por creer que no sería moderno atacar a la Iglesia y que eso es cosa del pasado y asunto superado, con lo cual el tema fundamental de España se convierte en un tabú del que nadie habla. La derecha española es católica por ideología, no por sentimiento ni creencia religiosa auténtica, y reacia por tanto a atacar al bastión en que se apoya. Más difícil de entender es que la izquierda actual no tenga ideas ni voluntad al respecto y que no le preocupe un asunto que está sin resolver y que la hace aparecer como colaboradora.

Tanto la izquierda como la derecha tendrían que admitir que será imposible no tener despotismo, picaresca y corrupción mientras haya una fuerza en el país que actúa como una mafia y decide quién alcanzará puestos importantes y quién no, tiene en sus manos la educación y los mejores negocios y, en nombre de la religión, no paga impuestos ni se somete a la más mínima vigilancia democrática.

Obligar a la Iglesia a que pague impuestos como cualquier otra entidad o persona, y someta a inspección democrática las actividades que ejerce con el dinero que recibe de los contribuyentes, traería un cambio fundamental que habría que exigir.


Abril de 2014

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